Soho Capital Management

La palabra “invertir” para mí siempre ha sonado como un paso más de la adultez, algo que en un futuro lejano podría hacer, pero sólo si ya alcanzaste tu nivel económico “ideal”. Es decir, sólo puedes darte el “lujo” de invertir si ya llegaste al nivel de vida que aspirabas desde el momento en que entraste a la universidad.

Algunos tienen la fortuna de tener una educación financiera en casa que promueva el ahorro o las inversiones como herramienta para lograr sus proyectos de vida. Este caso no fue el mío, nunca recibí suficiente asesoría o ejemplos en finanzas personales y mucho menos de ahorro o inversiones. En mi experiencia siempre se me motivó a ser profesionista y lograr cualquier meta que me propusiera, pero nunca se me explicó (ni me imaginé) el concepto de tener dinero que trabaje para mí y que me genere rendimientos a largo plazo.  

Creo que uno de los errores más comunes cuando empezamos a tener dinero propio es que solo pensamos en qué gastarlo, y siendo honestos, siempre encontraremos muchas formas de gastarlo. Cuando recibimos nuestros primeros sueldos nunca cruza por nuestra cabeza la idea de invertirlos. ¿A qué me refiero con esto? Yo no tenía ni idea de que aún ganando un sueldo de “pasante” podía destinar una parte de mi dinero a trabajar para mí, generando rendimientos “en automático” que puedo utilizar en un futuro para lograr mis proyectos de vida, o simplemente para mi vejez.

Claramente esto no te lo enseñan en la prepa ni en la universidad. Si tienes mucha suerte, tus papás te lo pueden enseñar, pero en mi caso nadie lo hizo. Claro, existen muchas películas que muestran a Wall Street como este mundo emocionante de pérdidas y ganancias millonarias, pero en realidad ese estereotipo sólo me generó más miedo sobre la idea de invertir mi propio dinero.

¿Qué sucede cuando empiezas a darte cuenta de que pudiste haber invertido 100, 200, 500 pesos mensuales durante años, acumulando ganancias (no millones, seamos realistas), y que podrías usar este dinero para el viaje de tus sueños, comprar una casa, estudiar una maestría o cualquier proyecto de vida? Es en este momento —cuando visualizas cómo tu plan de ahorro se transforma en una meta soñada— que la palabra “invertir” ya no te da miedo y deja de ser intimidante e inalcanzable.

Después de tener esta epifanía financiera es momento de hacer preguntas, investigar y encontrar las mejores opciones para comenzar a invertir nuestro dinero. Hoy en día existen plataformas accesibles para todos, incluso para aquellos que no sabemos ni cómo empezar. No tienen que ser cantidades grandes, tienen que ser cantidades que te hagan sentir cómodo para comenzar este nuevo camino llamado inversión.

No todos sabemos cómo explotar al máximo los recursos que tenemos, y nunca es tarde para empezar a aprender. El mensaje que quiero dejarte es la importancia de informarnos y asesorarnos debidamente, y darnos cuenta de que nunca es tarde para tomar el control de nuestro futuro financiero.

 

– Karla Borja V.

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